Mensaje del 31 de enero de 2023

Ofrecimiento del Santo Rosario de Difuntos, tomado del Libro “DEVOCIONARIO EN FAVOR DE LAS ALMAS BENDITAS DEL PURGATORIO”, del Padre ANTONIO DONADONI S.J., Pagina 113.

Una vez termina el Santo Rosario, se recibe el mensaje de la Santísima Virgen María

Durante el Rosario, como revelación y por el sufrimiento de las Almas del Purgatorio, se permite escribir al instrumento, lo siguiente: 

Somos almas atormentadas con azotes, fuimos sordas a la Voz de Dios y despreciamos la Cruz de muchas maneras, merecemos el desprecio de nuestra condición en la tierra, porque no supimos atender a la Voz de Dios, a Su Palabra, Sus Enseñanzas y Ejemplos, nos vanagloriamos de nosotros mismos, hicimos un Dios propio de nosotros mismos y no atendimos al Sacrificio hecho por Jesús en la Cruz.

Fuimos engañados por el enemigo y nos dejamos engañar, y así mismo engañamos a muchos, con nuestras creencias y nuestra negación al Verdadero Amor.

Nuestro padecimiento es largo y merecido; estamos profundamente arrepentidas, más, la espera se incrementa con cada azote recibido, merecido y expiatorio.

Orad por nosotros con el Credo del Amor, sacrificios y misas, Os lo pedimos en Amor por Jesucristo Nuestro Señor.

Mirad que no hay mayor Amor, mayor Luz, Mayor Verdad, es Dios mimo con vosotros en vuestro diario vivir. Amadlo, Escuchadlo y Honradlo con todo vuestro corazón.

Palabras en Lenguas….

El Ángel de la Guarda dice:

Pobres hombres, creados a imagen y semejanza de Dios, que habéis despreciado el Amor del Padre, el Hijo y El Espíritu Santo, creyendo haceros dioses en vosotros mismos, negando la verdad, desvirtuando el sacrificio, negándolo, ultrajándolo.

Entended hijas, como todos los hombres, que vuestra creación es perpleja, perfecta e inigualable por manos del Creador, que solo hay un Ser Supremo, Potente, Fuerte y Único,              que tiene la potestad de crear, de anular y por Él, todo ha sido creado, todo se mantiene y todo será llamado al orden; por ello, no podéis negaros en la obediencia, el amor y la entrega, que debe ser, vuestro baluarte y vuestra respuesta al Amor del Creador.

¡Oh! Humanidad, doliente y pecadora, que padece y sufre, y que, no se esfuerza por merecer el cielo, sino que se desvía acercándose cada día más a las llamas del infierno. ¡Oh! humanidad, sorda y muda, que no Alaba a Su Dios, ni Honra a Su Creador, que desprecia y no Adora la Cruz.

Cuanto Os espera en el destierro del Amor, si no sois obedientes, y no respondéis como hijos, entonces, no perteneceréis al reino, al reino del Amor de Dios, vuestro creador.

Mientras tanto os digo: Escuchad el Corazón Adolorido, Traspasado de la Madre, que padece y sufre por vosotros, esperando día tras día la respuesta del corazón de los hombres a Su Amado Creador. Escuchadla:

La Santísima Virgen María dice:

Aquí estoy mis pequeñas, añorando vuestro corazón, como se añora el corazón de cada alma. Os digo como Madre, desde vuestro corazón, sed valientes, y manteneos firmes en el Amor, en la Caridad, en la Entrega, en el Abandono de vuestro propio ser en reparación del Dolor del Corazón de Mi Hijo Jesús. Mirad, que muchos hijos, se pierden, ensimismados, en sí mismos, creyendo su autosuficiencia por encima de los demás, mirad, que cuando hacéis oídos sordos a la Palabra de Mi Hijo y pronuncias palabras a título propio en nombre de Mi Hijo, están profanando la Verdad del Amor. Mirad, mirad hijos Míos, que sois limitados, que nada podéis si Mi Hijo, No Os lo otorga.

Mirad hijos, que no podéis tentar a Mi Hijo, de esta manera, porque Él Os Ama en la obediencia como hijos, y solo con formar, creer, imaginar, otros dioses, estáis hiriendo profundamente el Corazón del Padre.

Mirad hijos Míos, que es Mi Hijo en la Cruz, redimiendo uno a uno vuestros pecados, ¿Cómo despreciáis el Amor?, entregando el Amor por vosotros. Son incontables, merecidos, pero dolorosos los castigos para estas almas, que se atrevieron a usurpar el nombre de Dios, y es, el mismo Sacrificio de Mi Hijo, el que ha podido salvarlos. ¡Oh! mis pobres hijos, que estáis cayendo en un abismo de mentira, ¿Por qué no despertáis?, es tiempo, porque se acerca vuestra liberación y debéis permanecer atentos, no solo a las señales del mundo, sino a las señales de vuestro corazón.

De tantos corazones, solitarios, tristes, vacíos, desolados, sin esperanza, tantos corazones fríos, sin rumbo, perdidos, tantos corazones en los que Mi hijo sufre, en un mundo negado al Amor. Ay pobres de Mis Hijos, vuestra ceguedad permanece, porque tenis corazones de piedra, porque no queréis doblegar vuestra voluntad.

Mas estáis avisados y sois llamados, todos los días, a cada instante, pero queréis permanecer sordos a la voz de Mi Hijo, camináis retando al Amor y no sabéis, que el Amor se rinde por cada uno de vosotros, porque es Mi Hijo, entregando TODO, por vuestro corazón.

Se devasta Mi Corazón en llanto junto al Corazón de Mi Hijo, por tanto Amor despreciado, por un Amor no respondido, por un Amor no Amado, Os pido, con Mi Corazón de Madre, sed buenos hijos, atended el llamado, volved al Amor.

Mi Corazón Os acompaña, Os espera con Mi Hijo, Mi Corazón Os espera con Amor. El tiempo pasará y esta desolación se incrementará y muchos se perderán, por eso Os digo, hijos Míos, esperad en Mi Amor, esperad en Mi Hijo Jesús, confiad, y no vaciléis en tomar el camino estrecho para seguir a Mi Hijo Jesús hasta la Cruz.

Os Amo y Os Bendigo y aunque Mi Corazón está triste, me regocija un corazón arrepentido, un corazón dispuesto, un corazón necesitado de Amor, Os digo hijas, pequeñas Mías: Servid en vuestro corazón, a todos los corazones, que se crucen en vuestro camino, con una sonrisa de Amor, con una mirada de Amor, con una palabra de Amor, con un gesto de Amor; es necesario, en un mundo que se consume en odio, en venganza, en intolerancia, en ira, en venganza. Dad Amor, donaos en Amor, obrad en Amor Os lo pido como Madre.

Os acompaño, camino con vosotros y Os Bendigo junto a Mi Esposo San José. En el Nombre del Padre, En el Nombre del Hijo, En el Nombre del Espíritu Santo. Amén

Os dejo en la Paz, en la Paz de Mi Amor, en la Paz de Mi Corazón de Madre.

Os Amo Mis pequeñas.

MAMITA MARÍA